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El poder de la mano ( Lenguaje corporal )



Una de las señales del cuerpo menos conocida, pero de las más poderosas, es la que transmite la mano humana cuando da instrucciones a alguien, da órdenes o da un apretón a modo de saludo. Utilizado de determinada manera, el poder de la mano otorga a su usuario el poder de la autoridad silenciosa.

Con las manos existen tres gestos de orden principales: la posición de la palma de la mano hacia arriba, la posición de la palma de la mano cerrada con un dedo apuntando. Las diferencias entre las tres posiciones se muestran en este ejemplo: supongamos que usted le pide a alguien que coja una cosa y la lleve a otro sitio. Supongamos que en cada ejemplo utiliza el mismo tono de voz, las mismas palabras y las mismas expresiones faciales, y que lo único que cambia es la posición de la mano.

La palma de la mano hacia arriba se utiliza como un gesto de sumisión, libre de amenazas, una reminiscencia del gesto de pedir de un mendigo y, desde una perspectiva evolutiva, viene a demostrar que la persona que lo utiliza va desarmada. La persona a la que se le pide que traslade el objeto no sentirá ninguna presión y no se verá amenazada por la solicitud. Si quiere que alguien le hable, puede utilizar el gesto de la palma de la mano hacia arriba como gesto de pasar la palabra y darle a saber a esa persona que espera que hable y que usted está dispuesto a escuchar.

El gesto de la palma de la mano mira hacia abajo, se proyecta autoridad inmediata. La otra persona tendrá la sensación de que le ha dado la orden de que traslade el objeto y puede empezar a tener sentimientos antagónicos hacia usted, dependiendo de la relación que mantenga con ella o del puesto que ostente usted en el entorno laboral.

Cuando las parejas caminan de la mano, el componente dominante de la pareja, a menudo el hombre, camina un poco más adelantado con la mano en la posición superior, la palma mirando hacia atrás mientras ella tiene la palma mirando hacia adelante. Esta sencilla posición revela de inmediato a cualquier observador quién lleva los pantalones en esa familia.




Fuente; El lenguaje del cuerpo

Allan y Barbara PEASE