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Cuando los hombres mienten ( Lenguaje corporal )



Cuando los hombres mienten, el lenguaje de su cuerpo puede ser evidente.  Cuando las mujeres mienten, prefieren aparentar estar ocupadas.

A los vendedores se les enseña a observar si sus clientes potenciales enseñan las palmas de las manos cuando exponen los motivos o las objeciones sobre el porqué de no poder comprar un producto, porque cuando alguien ofrece razones válidas suele enseñar la palma de las manos. Cuando la gente explica sus motivos con sinceridad, lo hace utilizando las manos y mostrando las palmas de las manos, mientras que alguien que no dice la verdad estaría dando las mismas respuestas verbales pero escondiendo las manos.

Guardar las manos en los bolsillos es el truco favorito de los hombres que no quieren participar en una conversación.  Las palmas de las manos eran originalmente como las cuerdas vocales del lenguaje del cuerpo pues [ hablaban] más que cualquier otra parte del cuerpo y esconderlas era como mantener la boca cerrada.

Utilización intencionada de las palmas de las manos para engañar.
Hay quien nos pregunta: [ Si digo una mentira y dejo bien visibles las palmas de las manos, ¿ existen más probabilidades de que la gente me crea ?].  La respuesta es sí... y no.  Si miente usted escandalosamente enseñando las palmas de las manos, seguirá pareciendo poco sincero porque muchos de los otros gestos que deberían ser también visibles como muestra de sinceridad están ausentes y aparecerán, en cambio, los gestos negativo que se utilizan cuando se miente, siendo incongruentes con las palmas de las manos expuestas.  Los artistas de la estafa y los mentirosos profesionales son gente que ha desarrollado el arte especial de conseguir que sus señales no verbales complementen sus mentiras verbales.  Cuanto mejor utilice el estafador el lenguaje del cuerpo que indica sinceridad mientras cuenta una mentira, mejor será.

- ¿ Me querrás todavía cuando sea vieja y canosa ?
-preguntó ella, enseñando las palmas de las manos.
-No sólo te querré, -respondió él-, sino que además te escribiré.

La ley de la causa y el efecto

Es posible, sin embargo, parecer más abiertos y creíbles en nuestra comunicación si practicamos otros gestos con la palma de la mano expuesta.  Resulta interesante que, a medida que los gestos con las palmas de las manos expuestas se convierten en una costumbre, la tendencia a decir mentiras disminuye. Debido a la ley de la causa y el efecto, a mucha gente le resulta difícil mentir exponiendo las palmas de las manos. Cuando una persona es sincera, enseñará las palmas de las manos, pero el simple hecho de mostrarlas dificulta a cualquier persona el poder decir una mentira convincente. Esto se debe a que los gestos y las emociones están directamente vinculados entre sí. Si usted está a la defensiva, por ejemplo, cruzará seguramente los brazos sobre el pecho; pero si sólo cruza los brazos sobre el pecho, empezará a experimentar sentimientos defensivos, y si habla usted exponiendo las palmas de las manos, ejercerá presión sobre su interlocutor para que también sea sincero. En otras palabras, la exhibición de las palmas de las manos puede ayudar a anular parte de la información falsa que su interlocutor le diría y le anima a ser más abierto con usted.


Fuente; El lenguaje del cuerpoAllan y Barbara PEASE




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